diciembre 19, 2025

El “Betito” Suárez volvió a prisión: los vínculos con Francisco Casal y el fútbol que revelaron su maniobra

Según informó Montevideo Portal, la Justicia volvió a imputar al delincuente Luis Alberto “Betito” Suárez, líder del clan de Cerro Norte, tras descubrir su intento de usar el fútbol como pantalla para el lavado de activos.

El nombre del Betito Suárez volvió a aparecer en los registros judiciales, pero esta vez no solo por el narcotráfico. Según publicó Montevideo Portal, la investigación de la Fiscalía de Estupefacientes, a cargo de Rodrigo Morosoli, reveló que el histórico delincuente buscaba abrirse camino en el mundo del fútbol, mostrando una cercanía llamativa con el empresario Francisco Casal.

En redes sociales y en distintos encuentros deportivos, Suárez se dejaba ver junto a Casal, uno de los nombres más poderosos del negocio futbolístico uruguayo. Esa “proximidad”, según los investigadores, fue una de las señales que encendió las alarmas sobre una posible maniobra para lavar dinero proveniente del narcotráfico.

Suárez también mantuvo contacto con otros empresarios del ambiente, como Edgardo Lasalvia, a quien llegó a acompañar en su palco del Campeón del Siglo. Además, Montevideo Portal informó que realizó al menos cuatro viajes a Argentina en 2025, junto a Rodrigo Lescano —otro individuo con antecedentes penales—, donde se reunió con compañías dedicadas a la representación de jugadores.

La Fiscalía logró formalizar la investigación por un delito de posesión de drogas, y el Betito deberá cumplir 180 días de prisión preventiva mientras continúa la indagatoria. No obstante, los investigadores sospechan que detrás de este caso existe una estructura mayor vinculada al lavado de activos a través del fútbol.

Fuentes del caso explicaron a Montevideo Portal que el seguimiento comenzó “por la huella digital” que Suárez fue dejando: sus publicaciones, los pagos electrónicos y las llamadas telefónicas. Esa traza permitió reconstruir cómo intentaba pasar del mundo criminal al deportivo.

El interés del Betito por el fútbol no era nuevo. En 2024, la Policía había recibido información de que pretendía infiltrarse en la barra Ámsterdam de Peñarol, aprovechando un momento de transición interna. Aunque no lo logró, se sospecha que sí influyó en la hinchada de Cerro, club históricamente vinculado a su entorno familiar.

Mientras tanto, la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas comprobó que Suárez seguía moviendo los hilos del clan de Cerro Norte. Aunque ya no estaba en el terreno, organizaba la logística y controlaba la distribución de droga. Solo se lo veía en breves visitas al barrio, llegando en su Audi Q5 deportiva, símbolo de la vida ostentosa que terminó delatándolo.